Imagina el mundo en 2100: ¿sobrepoblado, sin comida, sin naturaleza o sin vida? ¿Qué tal vibrando en verde? Comienza por el techo de tu casa.
Desde que la película WALL-E llenó las pantallas en el año 2008 con una visión desoladora de que la humanidad tendría que trasladarse al espacio porque la vida vegetal se había extinguido provocado por el exceso de consumo y basura, pocos reaccionamos a esta historia de ciencia ficción.
Pero el calentamiento global, el cambio climático y la extinción de las especies no sólo fueron los nuevos términos en las noticias, las asociaciones civiles y las instituciones internacionales globales; son la prueba de que la ficción siempre procede de una realidad aún más perturbadora.
El Grupo Intergubernametal de Expertos sobre el Cambio Climático constituido desde 1988 (IPCC) es responsable de proveer evaluando científica, técnica y socioeconómicamente todo lo referente al CAMBIO CLIMÁTICO, provocado por la humanidad, sus consecuencias ambientales y las opciones para adaptarse a sus consecuencias o mitigar sus efectos.
El año pasado, el informe de la IPCC dictaminaba con un 95% de certeza que la mayor parte del calentamiento global es causado por las concentraciones de gases de efecto invernadero y otras actividades humanas (antropogénicas).
La OMS recomienda entre nueve y 16 m2 de áreas verdes por habitante en las urbes; sin embargo, la ciudad de México cuenta, en promedio, con 5.3 m2. De acuerdo al último informe de la CONACYT,
En la Ciudad de México se cuenta con la norma NADF-013-RNAT-2007 publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 24 de diciembre de 2008, la cual señala las especificaciones técnicas para la instalación de sistemas de naturación.
Para incrementar la instalación de techos o muros verdes en viviendas en la capital mexicana, la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal (Sedema), en coordinación con la Secretaría de Finanzas, otorgan un beneficio fiscal del 10 por ciento en la reducción del impuesto predial.
El fenómeno global de llenar los techos de vegetación ya es una realidad. Francia recién aprobó una norma en la que obliga a los edificios de zonas comerciales instalar paneles solares o azoteas verdes. Canadá y Suiza, no son excepción pues a las fábricas nuevas en estos países también se les está aplicando esta norma y en 2014, Copenhague hizo obligatorio la utilización de los mismos. Toronto, también ciudad canadiense cuenta con 1.2 millones de metros cuadrados de techos y cubiertas verdes con un ahorro energético anual de 1.5 millones de kWh. Chile por su parte, planea que para el 2020, llegará a un total de 230 mil metros cuadrados sin ningún tipo de política pública, sólo por iniciativa ciudadana.
En la ciudad de Buenos Aires, Argentina desde 2012 la ley 4428 para aquellos propietarios que implementen este tipo de naturación un considerable descuento en los impuestos del alumbrado, barrido y limpieza.
La ciudad estadounidense de Washington es la que mayor aplicación de estas tecnologías tiene, que además de brindar beneficios privados y públicos como ahorrar energía reducir altas temperaturas del verano, se le agrega las mejoras en la salud y calidad de vida y corte los efectos del calentamiento global.
“Mejorar la salud de los ciudadanos”, de acuerdo al Washington Post, a partir de un nuevo informe sobre el impacto de los “techos inteligentes”, realizado por la firma Capital E, experta en la construcción verde y tecnología. Sobre todo para los adultos mayores que tienden a ser más vulnerables a las enfermedades relacionadas con el calor y la mala calidad del aire. Eso sin contar que puede reducir el estrés por el calor extremo en la época de verano.
La aplicación de nuevas metodologías sugieren a las ciudades que empiecen a cuantificar los beneficios de los techos verdes para incentivar este tipo programas a favor del medio ambiente local y global.